La historia dice que mientras subía al ring, Muhammad Ali se repetía a sí mismo:
“Soy el mejor, soy el campeón…” “Soy el mejor, soy el campeón…”
El no subía diciendo ´ojalá me vaya bien´, ´voy a tratar de ganar.´ No, nada de eso. Su filosofía era ganar o ganar.
Ya cuando estaba en el cuadrilátero miraba a su oponente y le decía: “tú tienes el cinturón, pero yo soy el campeón.”
Y esa era su mentalidad: ganar antes de pelear y en realidad solo subir
al ring para recoger el título. Muhammad ganaba las peleas, incluso,
antes de entrenar.
¿Cuál es el secreto?- le preguntaron
Y
él contestó: “Los campeones no se hacen en gimnasios. Están hechos de
algo inmaterial que está muy dentro de ellos. Es un sueño, un deseo, una
visión.”
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